Contra viento y marea han corrido hoy miles de participantes en la San Silvestre donostiarra, que ha partido puntualmente del Antiguo en un momento en que arreciaba el viento y además la lluvia había hecho aparición minutos antes.
Pese a la oscuridad climatológica, los disfraces y el buen humor han dado color a la carrera y pocos de los 4.400 corredores apuntados han decidido quedarse en casa.
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