Entrevista

«Temíamos que el público no quisiera entrar en ‘La vida breve’ porque es género histórico»

DonostiTik entrevista a los creadores de la serie, Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, que han acudido a Crossover con el actor Carlos Scholz, una verdadera revelación en su papel de Luis I

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‘La vida breve’ en Crossover: Carlos Scholz, Cristóbal Garrido, Susana Herreras (Movistarplus+), Adolfo Valor. Foto: Ángela Alonso

Los guionistas Cristóbal Garrido y Adolfo Valor descubrieron la figura del Rey Luis I y les llamó la atención quien, además de hijo de Felipe V, fue el monarca más breve de la historia española. «Empezamos a indagar y cuanto más leíamos más nos apasionaba porque la suya es una historia poco conocida y podíamos contarla a nuestra manera», explicaron a DonostiTik. Así que aparcaron otros proyectos que tenían en cartera y se lanzaron. El resultado es ‘La vida breve’, una serie de seis capítulos en Movistarplus+ que Garrido, Valor y el actor Carlos Scholz (una verdadera revelación como Luis I) han presentado en el marco del festival de las series Crossover de San Sebastián. DonostiTik habla con ellos.

Tienen a crítica y público a favor de su historia sobre Luis I, hijo de Felipe V, el primer Borbón que nació en España. ¿Esperaban esta buena respuesta?

A.V: El miedo que teníamos era que el público no quisiera entrar porque es género histórico. Sabíamos que es una historia universal y entretenida, pero a lo mejor ves a Javier Gutiérrez con peluca…

C.G: De hecho un tipo que conocimos nos dijo que él tiene fobia a las películas con pelucas. Imagino que le parecen acartonadas.

A.V: Por eso hacemos hincapié en que hay que verla porque es otra cosa.

¿Qué es lo que más les atrajo de este periodo poco conocido de la monarquía española?

A.V: Sobre todo los cuatro personajes principales: Felipe V (que interpreta Javier Gutiérrez), Luis I (Carlos Scholz), Isabel de Farnesio (Leonor Watling) y Luisa de Orleans (Alicia Armenteros). Son increíbles. Es una historia muy loca.

¿Y después de esta experiencia, a la que se han acercado con humor, harían otra serie sobre la realeza española o ya está cubierto el cupo?

C.G: La realeza española da para mucho, para una o cien series, y lo hemos ido viendo. No teníamos ni idea de que ‘il castrato’ Farinelli coincidió con nuestros protagonistas ni que estuvo 20 años en España. Y es un personaje apasionante y Carlos González ha hecho un gran trabajo con él. Muy divertido. Farinelli perfectamente podría tener su propia serie igual que merecerían una continuación Isabel de Farnesio y Felipe V, que siguieron vivos, no como Luis…

¿Escribieron teniendo a los actores en la cabeza?

C.G: En Carlos Scholz no pensábamos porque no lo conocíamos. Ahora pensamos en él todo el tiempo porque no deja de llamarnos (dice entre risas). Con Javier Gutiérrez habíamos trabajado en ‘Reyes de la noche’ y nos quedamos con esa espinita de hacer más. Está increíble. Solo él puede hacer este Felipe V sin que parezca una caricatura. Pensando en Isabel de Farnesio surgió el nombre de Leonor Watling porque teníamos ganas de trabajar con ella y podía dar humanidad a un personaje que de primeras es antipático. El resto fue vía casting y ahí conocimos a este monstruo (y señala a Carlos Scholz).

¿Cómo diseñó el papel de Luis I?

Carlos Scholz: No tenía ni idea de quién era este hombre. La verdad es que me dieron mucho trabajo hecho porque el papel estaba muy bien escrito. Se documentaron muchísimo. Ya al leerlo se veía ese carisma del personaje, la gente conecta con él. Luego empecé una experiencia de inmersión: ¿cómo andaría el Rey?, ¿cómo hablaría?, ¿sus gustos?… Leí lo poco que hay sobre él y con un historiador hablamos de pequeños detalles como las reverencias, el trato a un lacayo, cómo cogería un arma, cómo cazaría, qué días lo haría…

C.G. y A.V: Cuando nos sentamos con Carlos Scholz y Alicia Armenteros lo primero que les dijimos fue: ahora os toca a vosotros. Luis I no significa nada para nadie. No es como interpretar a Adolfo Suárez. Nadie tiene una imagen. Y esa personalidad que tienen Carlos y Alicia, esa humanidad, queríamos que la aportaran a la serie. Todo su candor. Porque la historia va de dos chavales muy normales que intentan conectar a un nivel muy humano. Y para nosotros era importante que lo que habíamos visto en las pruebas no se perdiera entre pelucas, trajes y formalidad. Que eso no apagara la vida que Carlos y Alicia traían a la historia.

Los personajes están tratados con empatía. No sé si es virtud de los autores o de los actores.

C.G: Sí, puede ser. No me gustaría decir ‘pobres reyes’ cuando la gente estaba muriendo de hambre ahí fuera, pero lo cierto es que también eran esclavos de sí mismos. Este chaval, Luis I, estaba muy solo, su padre era un fundamentalista católico que jamás le iba a explicar nada sobre sexo. Y es que Felipe V, que no fue muy querido en la niñez, no fue luego un padre como entendemos ahora que deben ser. Comían todos los días, tenían calzado, estaban calientes en el palacio… pero cada uno es esclavo de su destino. Escuché decir una vez que ellos podían ir a cualquier sitio pero no podían huir. Y la verdad es que ninguno terminó especialmente bien.

¿Creen que los espectadores hacen el traslado de esa historia con Borbones a la actualidad?, ¿puede haber ofendidos?

C.G: La prensa desde el primer momento estableció paralelismos y es normal. Es que hay algunos momentos que se prestan. Cuando Luis escapa a un establo y unos pobres hombres le vienen a decir «usted lo hace mucho mejor que su padre»… cosas que probablemente habrán pasado también recientemente. El espectador puede hacer esa lectura, pero nos llega que la gente reacciona ante esta serie a un nivel emocional. Empiezan riéndose mucho y no esperan el giro posterior. Un amigo me decía que le había llegado muchísimo el final. A nosotros, que nos dedicamos a hacer reír, nos parece un privilegio lograr eso.

Han rodado en el Palacio y los Jardines de la Quinta del Duque en El Pardo, el Palacio Real y los Jardines de Aranjuez en Madrid, y el Palacio Real y los Jardines de la Granja de San Ildefonso. ¿Es complicado rodar en patrimonio nacional?

C.G. y A.V: No puedes encender velas o mover un mueble, pero cuando sabes cuáles son las reglas no hay ningún escenario que te vaya a dar ese poderío. Ha sido un lujo y un gusto y los inconvenientes compensan. Ver a Farinelli en el capítulo III cantando en el Palacio de la Granja y recrear ese momento, de noche… es un verdadero privilegio. La agenda completa de Crossover, aquí. /// Crossover en DonostiTik, aquí


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