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Cultura

‘Tierra de sueños’, de Cristina García Rodero, en Alderdi Eder

La exposición, formada por 40 fotografías, muestra la vida en Anantapur (la India) y el trabajo allí de la Fundación Vicente Ferrer

Cristina García Rodero con Eneko Goia, hoy, en la inauguración de la muestra. Fotos: A.E.

«Suelo decir que fotografiar es querer ver. Y ahora sé que ayudar es querer ayudar». La gran fotógrafa Cristina García Rodero ha inaugurado hoy en Alderdi Eder ‘Tierra de sueños’, «probablemente» su trabajo «más complicado». En 40 fotografías muestra el trabajo de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur, una de las zonas más pobres de la India. «No quería que fuera dramático», ha contado la profesional, que entre hospitales y casas de acogida también se ‘colaba’ en bodas. El resultado: un lujo al alcance de todos y al aire libre de la mano de la Fundación la Caixa.

IMG 20201013 WA0013 - 'Tierra de sueños', de Cristina García Rodero, en Alderdi Eder

Cristina García Rodero tiene el Premio Nacional de Fotografía entre otros galardones y fue la primera española en formar parte de la Agencia Magnum. Sin embargo esta mujer nacida en 1949 en Ciudad Real (mañana será su cumpleaños, según ha dicho el alcalde) sigue encandilada ante las posibilidades que se presentan delante de su cámara de fotos. «Cuando vinieron responsables de la Fundación Vicente Ferrer y de la Caixa para proponerme este trabajo sabían que no les diría que no», ha narrado esta mañana.

De ahí su viaje en 2015 a Anantapur y las más de 67.000 fotos obtenidas, de las cuales 127 forman parte del libro editado con la exposición y 40 estarán hasta el 4 de noviembre en San Sebastián.

IMG 20201013 WA0012 - 'Tierra de sueños', de Cristina García Rodero, en Alderdi Eder

«La Fundación Vicente Ferrer gestiona allí tres hospitales, cajas de acogida para  maltratadas, colegios, residencias para niños con discapacidad, se dedica a la repoblación forestal… es un no parar», ha expresado la fotógrafa, quien quedó obnubilada con los colores de los vestidos y los adornos de una población básicamente pobre, pero que sufrió mucho con su cámara de fotos y terminaba las jornadas convencida de que no había logrado nada.

«Es una realidad difícil de fotografiar. La luz de la India es muy fuerte, pero en los interiores había muy poca y el amanecer y el atardecer son cortos. Y la falta de movimiento tampoco ayudaba porque resuelven las cosas sentados».

Durante 45 días vivió en una vivienda y se trasladó por toda la zona gracias al chófer y una traductora. «Aquello fue un reto, pero aquello te conmueve y te conquista», ha expresado García Rodero, quien tiene previsto volver cuando la pandemia lo permita.

 


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