Hubieran preferido un acto «más grande», «con cabida para todos los que están vinculado a este colegio», pero una vez más la covid ha obligado a organizar un evento más discreto y con distancias entre unos y otros. Pese a todo el colegio Amara Berri Morlans ha celebrado esta tarde, con emoción, el 25 aniversario de su primera tamborrada y lo ha hecho con muchos protagonistas de esta historia. Además la celebración ha coincidido con el último ensayo antes de que los niños vuelvan a tomar las calles el día 20.
Como invitados muy especiales estaban varios de los protagonistas de aquella primera tamborrada de 1997. Ha acudido Lorea Ayala, que fue la primera tambor mayor, aunque no ha podido estar presente el primer abanderado, Gonzalo Amas, a causa de la covid. De aquella primera experiencia de hace 25 años han acudido también dos miembros de la comisión organizadora, Belén San José y José Ruiz.
Leticia Nuet, miembro de la comisión actual y una de las organizadoras del evento, explicó a DonostiTik que han intentado que hubiera representantes de casi todos estos años. Prácticamente lo han conseguido.
Los homenajeados han recibido medallas conmemorativas de este aniversario y también se han hecho pañuelos para todos los alumnos del colegio Amara Berri, no solo los de Morlans, que podrán lucir el Día de San Sebastián.
En la celebración ha habido discursos, bailes, anécdotas actuales y de ayer y la sana intención de que la tamborrada de Amara Berri Morlans celebre muchos más aniversarios. A poder ser, con el covid olvidado.