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Caso de la menor apátrida: «El derecho a la nacionalidad es una llave para acceder a otros derechos»

La niña de seis años, de madre camerunesa y nacida en Marruecos, vive en Donostia. Uno de sus abogados narra su odisea hasta al sentencia favorable de la la Audiencia Provincial de Gipuzkoa

(EFE). El abogado de la niña apátrida nacida durante el viaje migratorio de su madre camerunesa, a la que la Justicia ha concedido la nacionalidad española, ha manifestado que la pequeña, de 6 años, «ha tenido que luchar contra tres Estados» para poder acceder a sus derechos fundamentales.

Camerún, el país de su madre; Marruecos, el lugar de nacimiento de la niña, y España, ya que ambas residen desde 2018 en San Sebastián. Estos son los tres países involucrados en el caso de esta niña que recientemente ha logrado la nacionalidad española.

José Alberto Navarro, uno de los abogados que ha llevado el caso, ha explicado este jueves en la jornada «Diálogo sobre menores en movimientos» que la menor nació en la ciudad marroquí de Agadir en una casa particular y sin asistencia médica, motivo por el que no quedó registrada en el país.

Tras llegar junto a su madre en patera a las costas andaluzas, ésta trató de inscribirla tanto en la embajada marroquí en España como en el Ayuntamiento de San Sebastián, ciudad donde reside. Ambas solicitudes fueron denegadas.

Finalmente, el pasado miércoles 8 de junio la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, en una sentencia que confirma una resolución anterior de un juzgado de lo civil donostiarra, ha reconocido la nacionalidad española a la menor para evitar que «permanezca en el limbo de la apatridia» y sus derechos fundamentales no se vean mermados.

«El derecho a la nacionalidad es una llave para acceder a otros derechos fundamentales como la educación o la sanidad», ha expresado el letrado.

Ha considerado que tanto el juzgado como la Audiencia de Gipuzkoa han realizado una interpretación «extensiva y lógica» del Código Civil y han concluido que otorgarle la nacionalidad era la manera para que la menor «no fuese discriminada» por no poder acceder a sus derechos.

Navarro ha relatado que a lo largo de su estancia en España Ana ha podido acudir al colegio y acceder al sistema sanitario, pero que siempre gracias a favores de terceras personas.

«Con la buena voluntad de la gente han podido conseguir algunas cosas, pero los derechos fundamentales no se deberían recibir como un favor«, ha proseguido.

El abogado ha manifestado que, pese a que han identificado dos casos similares con los que tienen previsto trabajar, los menores que se encuentran en situación de apátrida en España son una minoría. «Estos niños existen, respiran y juegan en España, pero no tienen una identificación», ha precisado.

Pese a todo, la sentencia que otorga la nacionalidad a Ana no es firme y puede ser recurrida al Tribunal Supremo. Ante esa posibilidad, el expresidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, ha subrayado que las situaciones en las que se encuentran los menores migrantes nacidos en tránsito «son casos de injusticia reparables».

Ibarra ha incidido en que la decisión de otorgarle la nacionalidad a esta menor es aplicable a todos los menores apátridas y ha expresado la necesidad de que más audiencias provinciales se pronuncien en la misma línea que la de Gipuzkoa.


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