(Redacción/EFE). Además de los conciertos gratuitos previstos para hoy, que supondrán el pistoletazo de salida de la Quincena Musical donostiarra, el evento cuenta con la gran Orquesta Filarmónica de Rotterdam para dar sus primeros compases en esta 84º edición. El violonchelista Pablo Ferrández acompañará como solista el Concierto para violonchelo Nº1 de Shostakovich hoy mismo en el Kursaal y mañana será el Orfeón Donostiarra el que se sume a la orquesta con la 9ª de Beethoven.
En varias ocasiones ha dicho Patrick Alfaya, director de la Quincena Musical, que el arranque de hoy es ideal para todos los públicos. Principalmente por las obras y también porque la citada orquesta está considerada una de las dos grandes orquestas neerlandesas junto a la de Concertgebouw de Ámsterdam.
Con alma rusa
El «alma rusa» que impregna la música de Shostakovich y Chaikovski inaugura este jueves los conciertos sinfónicos de la Quincena Musical. La 84 edición del ciclo musical donostiarra comienza este jueves a las 20.00 horas con la Orquesta de Rotterdam como protagonista, bien conocida por el público de la capital guipuzcoana ya que ha actuado en otras cuatro ediciones de la Quincena.
En esta ocasión lo hará bajo la batuta del director Lahav Shani (Tel Aviv 1989), discípulo de Daniel Barenboim, que asumió en 2018 la titularidad de la orquesta neerlandesa, dos años después de que debutará con ella como pianista.
El de hoy es además el primer concierto que ofrece Shani en España, según ha indicado el director en la presentación del recital ante los medios de comunicación.
La velada comenzará con el Concierto para violonchelo número 1 de Shostakovich, con Pablo Ferrández (Madrid 1989) como solista, que también se estrena en el festival donostiarra en el que recala avalado por una meteórica carrera que le ha llevado a colaborar con prestigiosas orquestas internacionales como la Filarmónica de Los Angeles, la Filarmónica Checa y la Royal Philharmonic de Londres.
Ferrández estudió en la Escuela Superior de Música Reina Sofía con Natalia Shakhovskaya, exalumna de Mstislav Rostropovich, al que Shostakovich dedicó en 1959 el concierto que tocará esta noche en San Sebastián.
«Es un concierto lleno de energía pero que cuenta con momentos de intimidad bellísimos», ha señalado Ferrández, que ha remarcado que el compositor ruso ofrece a los chelistas la oportunidad de «explorar sonidos» y «abre un mundo nuevo para el instrumento».
Uno de los grandes monumentos del romanticismo ruso, la última sinfonía que compuso Chaikovski, la apodada «Patética», cerrará el recital de hoy.
Un compositor revolucionario
El viernes subirá al escenario del Kursaal el Orfeón Donostiarra, con Jon Urdapilleta como director invitado, para interpretar con la Orquesta de Rotterdam la Novena Sinfonía de Beethoven en la que actuarán como solistas la soprano israelí Chen Reiss, la mezzosoprano donostiarra Carmen Artaza, el tenor estadounidense Mattew Newlin y el barítono José Antonio López.
La obra fue un éxito desde que se estrenó en 1824 y supuso una innovación,ya que por primera vez se incluyó en una sinfonía un coro que con una melodía sencilla canta la «Oda a la Alegría» del poeta Friedrich Schiller.
«Si hay que nombrar un compositor revolucionario, ese sería Beethoven», ha señalado Reiss.
Beethoven no utiliza la voz como lo hacían Donizetti o Rossini, que pretendían mostrar la belleza del sonido vocal, sino que la trata «como un instrumento» que además quiere trasmitir un mensaje, ha señalado.
También Mattew Newlin ha reconocido su pasión por Beethoven y en concreto por la Novena Sinfonía.
«No me crié en un entorno musical y probablemente pude oír esa melodía en alguna película como ‘Sister Act», pero después la escuché en la universidad y fue la que me abrió la puerta a la música clásica. Gracias Beethoven», ha señalado el tenor estadounidense.
El Orfeón Donostiarra, que ha interpretado esta obra en «innumerables ocasiones», es una formación muy ligada a la Novena desde sus inicios, según ha relatado Urdapilleta.
Creado como coro de hombres, fue Secundino Esnaola el que tomó la decisión de dar entrada a las mujeres y la primera obra del gran repertorio que interpretó, en 1911, fue la Novena sinfonía, ha explicado Urdapilleta, que ha detallado que también la cantó en la primera edición de la Quincena en 1940.
La mezzosporano Carmen Artaza ha destacado el carácter «universal» de la obra y ha remarcado que el concierto es el resultado de un «trabajo en equipo», al tiempo que ha reconocido que «actuar en casa» le supone un plus de emoción. Quincena Musical en DonostiTik, aquí //// Programa completo y entradas (web de la Quincena), aquí.
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