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Tribunales

Condenado a 2 años por abuso a una niña que dormía en su casa

La Fiscalía de Gipuzkoa reclamaba cinco años de cárcel, si bien ha accedido a rebajar su solicitud después de que el inculpado haya reconocido los hechos

Foto: DonostiTik

(EFE). Un hombre ha sido condenado este martes a dos años de cárcel por abusar sexualmente de una niña de once, amiga de sus hijas, a la que sometió a distintos tocamientos aprovechando que las tres menores pernoctaban juntas en su domicilio.

Inicialmente, la Fiscalía reclamaba cinco años de cárcel para el acusado por un delito de abuso sexual, si bien ha accedido a rebajar su solicitud hasta los dos años después de que el inculpado haya reconocido los hechos y se haya mostrado conforme con la pena solicitada por el Ministerio Público, que le ha aplicado la atenuante de reparación del daño causado, al haber compensado a su víctima con 5.000 euros antes del juicio.

La pena de cárcel le ha sido suspendida además con la condición de que no vuelva a delinquir en los próximos años, han informado a Efe fuentes del caso.

Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron la noche del 13 al 14 de octubre de 2017 cuando, tras pasar el día junto a las dos hermanas, la víctima se quedó a dormir en casa de sus amigas con el consentimiento de su madre.

Tras cenar y ver la televisión, las tres niñas se acostaron juntas en dos colchones dispuestos en el salón de la vivienda, si bien la menor perjudicada quedó emplazada en uno de los extremos.

El documento del Ministerio Público aclara que, con posterioridad, en el transcurso de la noche, el imputado acudió al salón y, aprovechando que su víctima dormía, deslizó su mano por dentro de la ropa interior de la pequeña que se despertó «sin saber cómo actuar, ya que se trataba del padre de sus amigas».

Por este motivo, se movió «fingiendo que estaba despertándose y consiguió su propósito de que el adulto «se fuera», si bien el hombre regresó «poco después» y sometió nuevamente a la niña a distintos tocamientos hasta que ésta le espetó: «¿Qué haces»?, tras lo que el procesado se marchó alegando que estaba «comprobando» si las niñas estaban dormidas.


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