(EFE). El conductor ‘kamikaze’ acusado del accidente en el que en febrero de 2017 murieron dos personas y otras siete, además de él, resultaron heridas ha asegurado este lunes que no fue consciente de que circulaba en dirección contraria hasta que tuvo «encima» a la ambulancia contra la que chocó.
El siniestro tuvo lugar la mañana del 11 de febrero de aquel año a la altura de Usurbil, cuando el Opel Astra conducido por el inculpado, en el que viajaban otras cinco personas, chocó en la confluencia de la AP-8 con la GI-20 contra una ambulancia ocupada por cuatro viajeros, tras recorrer más de siete kilómetros en dirección contraria.
A consecuencia del impacto murieron un hombre y una mujer que ocupaban el asiento trasero del Opel Astra, mientras que las otras ocho personas implicadas en el siniestro resultaron heridas, dos de ellas de gravedad.
El acusado, de origen marroquí, se enfrenta a una petición de catorce años de cárcel por parte de la Fiscalía, que lo responsabiliza de un delito contra la seguridad vial en concurso de normas con dos delitos de lesiones y otros dos de homicidio con dolo eventual.
El testimonio del imputado ha centrado la segunda jornada del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa por estos hechos, durante el que ha recordado que aquella jornada había pasado la noche de fiesta en San Sebastián con el resto de ocupantes de su coche, todos ellos residentes en Bilbao.
Solo bebió dos cervezas
El acusado ha explicado que, aunque el coche era suyo, inicialmente lo había conducido otro miembro del grupo, pero a la hora de volver este hombre se encontraba afectado por el alcohol, por lo que al regresar fue él quien se puso al volante, porque se estaba «perfectamente» ya que sólo había bebido dos cervezas.
Ha aclarado también que otros miembros del grupo le convencieron para que admitiera llevar a una sexta persona en el coche, a lo que accedió a pesar de no estar permitido, porque «nunca» pensó que fuera a producirse un accidente y que, si eran sorprendidos con más personas de las debidas en el vehículo, como mucho le impondrían «una multa».
Ha sugerido también que cuando consiguió su carné de conducir en Marruecos lo hizo de forma «más o menos ilegal» con la ayuda de un conocido, por lo que desconocía la «teoría» de la conducción, si bien tenía «confianza total» en su compañero que, aunque había bebido, se prestó a darle indicaciones para volver a Bilbao.
El conductor ha admitido también que en el trayecto de vuelta vio cómo algunos vehículos circulaban en dirección diferente a la suya pero pensó que lo hacían correctamente, igual que ocurre «en una carretera nacional», y sin darse cuenta de la señalización ni de las líneas de la carretera, por lo que hasta que no vio a la ambulancia contra la que chocó pensaba que «todo iba bien».
Momentos antes de esta declaración, el Fiscal ha dirigido su alegato inicial al jurado, ante el que ha mantenido que el procesado actuó «con desprecio hacia la vida» tanto del resto de conductores que circulaban por la autopista como de las otras cinco personas que viajaban con él.
Paró el coche
Ha sostenido asimismo que desde que inició la conducción por la AP-8 para regresar a Bilbao desde San Sebastián sabía «que lo hacía en sentido contrario», ya que nada más salir de Donostia hizo «una maniobra especial» en la que «paró el coche» tras darse cuenta de que se había pasado el cruce hacia la capital vizcaína.
En este instante, ha detallado el fiscal, se paró «diez segundos» frente a dos líneas continuas y una señal de prohibido el paso y, a pesar de ello, «de manera ilógica y temeraria», decidió abandonar el carril correcto y acceder al de dirección contraria.
El representante del Ministerio Público ha desvelado que de esta manera recorrió 8,5 kilómetros en sentido contrario durante 7 minutos y 34 segundos, en los que «obvió toda las señales que le advertían de ello de manera inequívoca» y se cruzó con varios camiones, autobuses y otros vehículos, el último de los cuales, un coche de mantenimiento de la autopista con señalización luminosa le dio ráfagas de luces, antes de chocar con una ambulancia cuyos cuatro ocupantes resultaron heridos.
«No había nada ni nadie que parara al acusado», ha dicho el fiscal, quien ha recordado también que un hombre y una mujer que viajaban junto a él, en el asiento trasero y sin cinturón de seguridad, murieron de manera «fulminante» ya que el impacto fue «de tal envergadura que a los dos les faltaba la cabeza».
Ha indicado además que tras el accidente el conductor manifestó de manera «espontánea» a los agentes de la Ertzaintza que sabía que «circulaba mal» y ha desvelado que dio negativo tanto a la prueba de detección de drogas como a la de alcoholemia.
Otro juicio
Por su parte, la defensa, que reclama la libre absolución de su cliente, ha revelado que este hombre ya fue juzgado tiempo atrás por este mismo hecho en un Juzgado de lo Penal de San Sebastián.
En este procedimiento, la Fiscalía pidió cinco años de cárcel para el acusado, al dar «por bueno» que los hechos constituían un delito de dos homicidios por imprudencia, aunque luego cambió su opinión al considerar que se trataba de dos delitos de homicidio doloso por lo que el proceso judicial se redirigió hacia el juicio con jurado que se está celebrando ahora, ha indicado la defensa.
Este letrado ha sostenido además que su cliente no era consciente de que circulaba en dirección contraria como demuestra, a su entender, el hecho de que condujera todo el rato por lo que él creía que era su carril derecho y a una velocidad de entre 80 y 98 kilómetros por hora, adecuada para una autopista.
En esta sesión del juicio, ha declarado también una de las ocupantes del Opel Astra que no ha recordado haber visto vehículos advirtiéndoles de que iban en dirección incorrecta, mientras que un segundo viajero de este coche ha dicho no recordar nada porque se durmió, al igual que una tercera pasajera del vehículo.
Por su parte, el conductor de la ambulancia implicada ha detallado que vio el coche del acusado «cuando ya lo tenía encima» porque el accidente le sorprendió a la salida de una curva y sólo pudo dar «un volantazo» antes de impactar, más adelante, tras el siniestro, vio a dos de los ocupantes del Opel Astra preguntarse entre ellos «quién iba conduciendo». El juicio continuará mañana con más testigos.
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