Tres ejemplares de tortuga caretta, también conocida como tortuga boba, regresaron recientemente al mar tras superar un proceso de recuperación en el Aquarium de San Sebastián y ser equipadas con un GPS, lo que permitirá conocer sus rutas migratorias y ayudar a establecer políticas de conservación para la especie.
El seguimiento de estas tortugas con dispositivos de transmisión satelital lo realiza Guillermo López Torrents como parte de una investigación de doctorado de la Universidad del País Vasco dirigida desde la Estación Marina de Plentzia de la EHU.
La colocación de los dispositivos, que darán la posición de los tres ejemplares a través del satélite Argos, ha sido autorizada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y ha recibido el apoyo financiero de la empresa pública Tragsatec a través de fondos Next Generation de la Unión Europea, dentro del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.
Las tortugas, bautizadas como Laida, Pluma y Morla, fueron recogidas en la costa guipuzcoana -en la playa donostiarra de la Concha, Mutriku y Deba, respectivamente- entre junio de 2024 y mayo de este año, con problemas graves de desnutrición, deshidratación, infecciones respiratorias y secundarias.
Tras su tratamiento con medicinas y una dieta enriquecida con vitaminas, los ejemplares de caretta han sido devueltos al mar después de haber recuperado peso -las más grandes han pasado de dos a cuatro kilos y han crecido varios centímetros-, ha informado este viernes el Aquarium en una nota.
Estas tortugas pasan la mayor parte de su vida en el mar y raramente se acercan a la costa, aunque en los últimos años el número de varamientos de ejemplares en estado de debilidad ha aumentado significativamente en el litoral vasco, destaca el oceanario.
En agosto de 2023 se liberó la primera tortuga después de un tratamiento similar, en 2024 se reintrodujeron cinco, tres de ellas con dispositivos GPS, y el mes pasado se hicieron a la mar Pluma, Morla y Laida.



Deja un comentario