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Desacuerdo

EHNE, contra la planta de carne de laboratorio que se construye en Eskuzaitzeta

La fábrica de San Sebastián estará concluida para el próximo otoño y será capaz de producir 4.000 toneladas este producto al año

Protesta del sindicato EHNE hoy. Foto: EHNE

(EFE). EHNE ha mostrado su rechazo a la construcción en San Sebastián de una planta de carne de laboratorio, un producto sobre el que «no se han estudiado» las consecuencias que tiene sobre la salud, «no es sostenible» y hace «supeditar la alimentación a las patentes», señala el sindicato.

Un grupo de representantes de EHNE han protagonizado este jueves una concentración en el polígono donostiarra de Eskuzaitzeta, donde se construye la mayor planta de carne de laboratorio del mundo, propiedad de BioTech Foods, en la que el gigante cárnico brasileño JBS tiene el 50 %, informa EHNE en un comunicado.

La carne cultivada «no es socialmente viable», «no beneficia al medio ambiente y con su producción sólo unos pocos se llenarán los bolsillos», señala EHNE que rechaza que se fomente esta «macroindustria».

Según las previsiones, la fábrica de San Sebastián estará concluida para el próximo otoño y será capaz de producir 4.000 toneladas de carne de laboratorio al año.

EHNE ha criticado que esta planta se construya «silenciosamente y sin ningún tipo de limitación administrativa», aunque «todavía no se han estudiado las consecuencias que puede tener para la salud», afirma.

Señala que el Gobierno italiano ha prohibido «los alimentos sintéticos» ya que considera que la comercialización de este tipo de alimentos «supone un riesgo a nivel social».

EHNE afirma en su comunicado que la carne de laboratorio «empujará al ciudadano a vivir a merced de las patentes», lo que puede comprometer la biodiversidad y «siglos de conocimiento».

Rechaza los argumentos de defensores de este producto que aseguran que es útil para combatir el cambio climático, beneficiosa para el bienestar de los animales y «buena para la salud».

El sindicato agrario vasco afirma, por el contrario, que la «reproducción celular no está regulada» y «puede incluir células cancerosas».

«Si se produce de forma industrial es difícil tener un control completo sobre esas células», señala EHNE, que advierte también de los «patógenos que puedan surgir» así como las «grandes concentraciones de hormonas que habrá en estos productos».

Asegura que este tipo de carne «no ayuda» a contener el cambio climático, ya que para producirla se requiere de una «gran cantidad de energía» por lo que contaminaría «25 veces más que la producción de carne natural».


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