Esta semana, por fin, ha caído la tela que cubría las obras del edificio Bellas Artes de Donostia, propiedad de la empresa Sade, que está en plena celebración de su centenario. Han sido tres años de obras que encaran la recta final.
El edificio, construido en 1914 por el arquitecto Ramón Cortázar y que ejerció hasta 1982 de cinematógrafo, el más antiguo de España, encarará a partir del año que viene una nueva vida convertido en hotel Hilton con el sello Curio, reservado para alojamientos ubicados en inmuebles tan particulares como este antiguo cine.
En 2021 el Ayuntamiento de San Sebastián aprobó la licencia de obras y la empresa Sade esgrime que «la intervención se ha llevado a cabo con la máxima cautela patrimonial, manteniendo su envolvente y conforme al régimen de protección establecido en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido (PEPPUC)». Sin embargo no todos están de acuerdo con lo realizado. La asociación Áncora incide en que se trata de «una construcción reciente«.
La opinión que cuenta, ahora, es la de los ciudadanos. Han sido años de ruina, primero, e incertidumbre después. Ahora el Bellas Artes está visible y vuelve a formar parte de la vida donostiarra. Y es momento de que cada cual opine. Más sobre el Bellas Artes, aquí.



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