Podía haber elegido otros títulos para ver en el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia, pero la cineasta Helena Taberna (Altsasua, 1963), siempre ligada a la actualidad social, ha elegido ‘Varados’. En la sesión, prevista mañana viernes como broche final del evento, será homenajeada y recibirá el monolito Oroimena-Memoria del artista Aitor Mendizabal a toda su trayectoria. No es ni mucho menos una despedida, es un punto y seguido. De hecho en un encuentro esta mañana en el Teatro Victoria Eugenia el alcalde Eneko Goia le ha dicho: «Te pedimos que sigas haciéndonos reflexionar».
Taberna ha explicado que eligió ‘Varados’ (2019) «por la que está cayendo» (la película trata sobre los refugiados) «y porque tuvo la mala fortuna de que su estreno coincidiera con la pandemia y los festivales donde se iba a presentar se suspendieron».
En opinión de Taberna «el cine puede ayudar a devolver humanidad» allá donde se ha perdido, y considera que «Varados es un ejercicio de conocimiento del otro». «No puedes dejar de entender y amar a estas personas. Las deportaciones de EEUU que estamos viendo producen hielo en el alma. Estamos en contra de esas barbaridades y somos muchos quienes pensamos así». Y quería que el encuentro de Cine y Derechos Humanos proyectara este documental por la «fuerza» ideológica que deja patente en un festival.
De hecho Taberna cree que hay que ver cine «de cualquier manera» (en referencia a las plataformas), «pero siempre es un placer hacerlo en las salas». «La pasión por el cine se alimenta en los festivales, filmotecas…»
También podía haber elegido para que se proyectara mañana su ópera prima, ‘Yoyes’, que encantó a la crítica, o ‘Nagore’, el documental sobre el asesinato de Nagore Laffage, que reconoce que es una historia que la marcó mucho. Por cierto que Asun Casasola, madre de Nagore, estará el viernes en la sesión del Teatro Victoria Eugenia.
«El cine documental puede ser la memoria de un pueblo», ha expresado Taberna en referencia a estos dos casos que además pusieron sobre el papel la violencia contra las mujeres. Considera Taberna que sin el documental sobre Nagore el caso de la Manada, años después, no hubiera tenido el mismo tratamiento. «Ahora en los juicios el juez ya no pregunta si su víctima era ligona«, en referencia a lo que tuvo que escuchar Asun Casasola.
Y es que Taberna aboga por la educación a través del cine y de los libros para lograr una sociedad más empática y crítica. «Sin duda. Un par de libro y películas al mes. Eso sería una inversión. Además el buen cine y la buena literatura abren puertas».
No ha querido dar muchos detalles, pero la cineasta está sumergida en un proyecto que tenía «dormido» y ha recuperado. «Es sobre una mujer, es ambicioso artísticamente y ahora es el momento de hacerlo. La sociedad también está más preparada», ha dicho. También ha contado que será la guionista, directora y productora de este nuevo título.
«Las seis o siete películas que he hecho me justifican y me tranquilizan. Y me producen felicidad porque no estaba previsto. Yo adoraba el cine desde pequeña. Haberme puesto al otro lado de la cámara es un regalo de la vida. Y he disfrutado tanto que no me parece un gran esfuerzo el que he hecho. Es un privilegio». Este viernes Helena Taberna será homenajeada por el Festival de Cine y Derechos Humanos y eso, también, la hace feliz.
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