(EFE). El juicio contra el conductor que en febrero de 2017 provocó un accidente con dos muertos y siete heridos en Usurbil tras circular 6,4 kilómetros en dirección contraria por la autopista AP-8 arrancará este viernes con la elección de los nueve miembros del tribunal del jurado y sus dos suplentes.
Esta previsto que el mismo viernes las distintas partes formulen sus alegaciones previas ante el tribunal. La vista continuará el lunes con el testimonio del acusado, tras el que declararán cinco testigos.
La última sesión del juicio oral está programada para el 28 de mayo, tras lo que el magistrado presidente del tribunal hará entrega del objeto del veredicto al jurado, cuyos miembros iniciarán sus deliberaciones a partir de ese momento.
El acusado, de origen marroquí, se enfrenta a una petición de catorce años de cárcel por parte de la Fiscalía, que lo responsabiliza de un delito contra la seguridad vial en concurso de normas con dos delitos de lesiones y otros dos de homicidio con dolo eventual.
El accidente se produjo pasadas las 6.20 horas del 11 de febrero de 2017, en la confluencia de la AP-8 con la GI-20, cuando el Opel Astra que conducía el hombre en sentido contrario chocó frontalmente con una furgoneta de transporte sanitario a la altura de Usurbil.
El conductor del turismo, que por entonces tenía 28 años, fue detenido en el Hospital Donostia, adonde fue evacuado tras el percance.
Fallecieron dos personas
En el siniestro fallecieron prácticamente en el acto dos de los seis ocupantes del Opel Astra: un joven de 23 años vecino de Bilbao y una mujer de nacionalidad brasileña, mientras que los otros cuatro ocupantes resultaron heridos.
Igualmente, sufrieron heridas de distinta consideración el chófer y tres viajeros que circulaban en la ambulancia de transporte contra la que colisionó el vehículo del inculpado.
Dos días después del accidente fue necesario cerrar completamente al tráfico la AP-8 a la altura de Aritzeta en dirección a Irun durante media hora para llevar a cabo la reconstrucción de lo sucedido y determinar sus causas.
Según detalla el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, el procesado había pasado la noche anterior en distintos establecimientos de ocio de San Sebastián junto a los otros cinco ocupantes de su coche, con quienes sobre las 6.00 horas decidió regresar a Bilbao, ciudad en la que residían todos ellos.
El texto del Ministerio Público aclara que, «a pesar de haber ingerido bebidas alcohólicas», el inculpado se montó en su vehículo «sobreocupado» con un total de seis personas y se dirigió por el barrio del Antiguo hacia la autopista AP-8.
En un momento dado, al llegar a una confluencia de carriles, presuntamente abandonó la dirección correcta por la que circulaba para cambiarse al «sentido contrario», a pesar de que el lugar estaba «perfectamente iluminado y señalizado, tanto por señales verticales como con una doble señalización de ‘prohibido'», describe el escrito.
Maniobra incomprensible, ilógica y temeraria
Una maniobra «incomprensible, ilógica y temeraria», recalca la Fiscalía, por el «peligro grave e inminente» que conllevó «para los demás usuarios de la vía», ya que de esa manera el vehículo accedió al ramal de salida de la AP-8 en sentido a Irun pero en dirección contraria a la marcha.
El texto aclara que el conductor prosiguió de esta manera su viaje hacia Bilbao aunque en dirección opuesta al tráfico, «a pesar de toda la señalización existente» a lo largo de la carretera, como marcas verticales y horizontales, balizas, isletas y paneles informativos.
En su recorrido, el procesado se cruzó en varias ocasiones con distintos vehículos y camiones que circulaban correctamente, a los que presuntamente hizo «caso omiso» hasta llegar a una gasolinera con «buena iluminación» y «accesos y salidas» a la estación de servicio que le hubieran permitido «parar y apartarse de la autopista en caso de desorientación» pero en la que no entró.
El hombre continuó así su marcha, «a una velocidad de entre 80 y 100 km/h», durante la que siguió cruzándose con otros automóviles y autobuses, hasta que se topó con un vehículo de «mantenimiento y asistencia» de la autopista que, alertado del suceso, activó sus «rotativos y luces de emergencia y avería» para avisar al conductor de que circulaba «de manera irregular», al tiempo que le daba «ráfagas de luces de emergencia» y tocaba el «claxon» pero «sin obtener resultado alguno».
El procesado prosiguió su itinerario «de modo inalterable», siendo consciente «del peligro» que creaba «para los demás usuarios» de la autopista y «con manifiesto desprecio» de su vida, hasta que una ambulancia que circulaba correctamente con cuatro personas a bordo se encontró «de manera repentina» con el turismo del procesado, sin que éste «en ningún momento» llegara a realizar «ninguna maniobra evasiva».
Tras la «violenta» colisión «frontolateral» entre ambos vehículos, la ambulancia salió desplazada unos 300 metros.
Al lugar acudieron varias ambulancias para hacerse cargo de los heridos, así como efectivos de la Ertzaintza que realizaron la prueba de la alcoholemia al procesado quien, a las 6.54 horas, arrojó un resultado de 0,24 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
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