El primer edil de Donostia, Eneko Goia, ha recordado hoy que la segunda fase del desarrollo urbanístico de Txomin Enea (360 viviendas) estará preparada para empezar a ejecutarse «al día siguiente» de que la prisión de Martutene se haya trasladado a su nueva ubicación de Zubieta y se pueda demoler. Eso será, se prevé, en 2024.
A preguntas de los periodistas en su rueda de prensa de los martes, Goia ha recordado que el proyecto de reubicación de la prisión, que tantos vaivenes ha sufrido, va “retrasadísimo. Ya no recuerdo cuál es el retraso acumulado, pero es enorme”. Sobre la última parte, es decir la actual construcción del nuevo centro penitenciario en Zubieta -y aunque revela Goia que el Gobierno español no da muchos datos- parece que también “acumula cierto retraso; no excesivo, pero cierto retraso”. La previsión es que en 2023 (“hacia finales, más bien”) las obras civiles terminen y ya en 2024 “la prisión pueda ser trasladada; de eso se está hablando”.
El planteamiento de Txomin Enea en esa zona “está definido ya”, subraya Goia, y precisamente por los retrasos de la cárcel se decidió repartirlo en fases, para que no absolutamente todo dependiera de cómo marchara la prisión. Insiste en que el Ayuntamiento está dando todos los pasos para actuar velozmente cuando se pueda en 2024.
Ha recordado, por otra parte, que según investigó el Consistorio en la documentación antigua, el terreno de la cárcel de Martutene fue una «cesión al estado para que la prisión esté ahí, pero mientras sea prisión»; cuando deje de serlo, la propiedad retornaría al Ayuntamiento, o eso sostiene el Gobierno municipal.
