A primera vista, Los Riojanos es un bar de barrio normal y corriente, con una clientela marcada por su entorno (vecinos de Egia, trabajadores y visitantes de Tabakalera, gente de paso) y donde nada llama especialmente la atención. La televisión está encendida, la música, casi imperceptible, susurra en el fondo y la mayoría apura sus vinos y zuritos. Sin embargo, dos miércoles al mes alberga una improvisada salita de cine en la zona más alejada del acceso por la calle Duque de Mandas. Apagan las luces, los espectadores toman asiento con sus cervezas y pintxos de tortilla y se entregan a la magia de la gran pantalla con películas en versión original.
Durante el largometraje y coloquio de presentación de Akatsa zinekluba, Los Riojanos sigue con su habitual rutina atendiendo a aquellas personas que se asoman a su larga barra. El barullo del bar se cuela en la proyección, un sonido más o menos latente acompaña a los espectadores en el visionado. Lejos de convertirse en un incordio, sus asistentes saludan con deportividad la intromisión y este castizo bar se convierte por unas horas en uno de esos espacios multidisciplinares tan en boga en los barrios de moda.
“El cineclub surge de un grupo de amigos míos», la mayoría relacionados con Elías Querejeta Zine Eskola, «que queríamos juntarnos dos veces al mes, con la excusa de ver una película, en un bar que nos había acogido desde siempre. Al estar enfrente de la escuela, Los Riojanos ha sido muy nuestro”, explica la cineasta Julieta Juncadella, de la primera promoción de la escuela. ¿De verdad que el ruido no os molesta? “Para mí es lo que hace que sea especial, es lo guay”, responde. A su lado, está sentada la profesora de comisariado de Elías Querejeta, Lucía Salas, encargada de elegir y presentar la cinta de esta tarde que dará comienzo pasadas las 20:30 horas.
“Para la elección he tenido en cuenta el espacio, que la gente va y viene… Quería que fuera una película dinámica y super vitalista que no se vea lastrada por las interrupciones externas”, explica. El título siempre es sorpresa y hasta el último minuto no se desvela el secreto. Hoy es el turno de la soviética ‘Al borde del mar azul’ (Boris Barnet, 1936), que de alguna manera dialoga con la que se proyectó la vez pasada, también orientado al mundo marino. En la recién inaugurada cuenta de Instagram de Akatsa zinekluba recopilan las últimas proyecciones: ‘Disneyland, mon vieux pays natal’, ’Anna: de 6 a 18’, ‘Charles mort ou vif’ y ‘Ciudad cero’.
La temática es libre. “Puedes poner lo que quieras”, comenta Julieta. “De hecho, es una manera de conocernos más entre nosotros. El programador cambia todas las semanas, pone lo que le gusta y comparte un pedacito de uno mismo”. No hay cartelera, ni palomitas, ni taquilla. No se rigen por un género o una época determinada. Y por supuesto, cualquiera puede entrar a ver la película y pasar un rato viendo cine: aunque nació en la órbita de Elías Querejeta Zine Eskola, el público no se circunscribe a las distintas promociones de la escuela. Tampoco se cobra entrada, pero a cambio suelen poner un bote de entre 3 y 5 euros por persona a modo de colaboración con el bar y piden que se consuma una bebida en su interior.
Juancar, de Los Riojanos, reparte tortilla y picoteo entre los espectadores. Según los antiguos estudiantes de cine, la cara visible del bar de Egia se mostró muy receptivo ante la propuesta cinéfila. “Aunque durante la proyección está trabajando, siempre que puede se acerca para ver algún trozo”, reconocen. La siguiente cita del cineclub, el miércoles 18 de mayo. La película a proyectar es, como siempre, todo un misterio.
