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Más de 2.300 aves han nacido en 30 años en las cajas-nido de Parkea Bizirik

El trabajo en en los bosques de Donostia, Astigarraga, Orereta y Aiako Harria ha dado buen resultado y es momento de balances

Crías de carbonero común en una de las cajas. Foto: Parkea Bizirik ‘kukulunbera’

Parkea Bizirik ‘kukulunbera’ hace recuento y está de enhorabuena: en estos 31 años (1990 – 2021) en que lleva trabajando con cajas-nido y sin contar los resultados de esta temporada ha colaborado en que salgan al mundo 2.371 aves. Y todo ello ha quedado registrado. «No se conoce un recorrido tan largo y extenso sobre este tema en nuestro entorno con recogida de datos, obtención de fotos y redacción anual de un cuaderno de campo. Todo desde el voluntariado», inciden desde la asociación. Las cajas están en los bosques de Donostia, Astigarraga, Orereta y Aiako Harria.

Esta temporada en curso la mayoría de los carboneros y herrerillos comenzó a llevar musgo al interior de las cajas a principios de abril. Algunas capas de musgo son de 5 centímetros, otras de hasta 20. Sobre la superficie de éstas conforman una semiesfera que forran con lana natural. Al abrir la caja para realizar las inspecciones predominan 2 colores: el verde del musgo en toda la superficie vertical y el blanco de la lana vegetal en la superficie superior horizontal.

La puesta suele comprender entre 5 y 7 huevos blancos con manchas rojas. Un huevo cada mañana. Al poner el último huevo dan comienzo a la incubación para que las crías nazcan a la vez.  

Después de 13 días con sus 13 noches nacen las crías: no han desarrollado los ojos y presentan unos glóbulos oculares prominentes y abultados. El crecimiento es muy rápido debido a los insectos y sus larvas, ricos en proteínas, con que sus progenitores les alimentan.

En tan solo 20 días se empluman y salen al mundo exterior. Una semana más con los padres para aprender a buscarse la vida y ya son independientes. Alguna pareja, pocas, realiza una segunda puesta. A finales de junio finaliza la temporada de cría. Entonces las cajas adquieren un nuevo uso para descansar, dormir o refugiarse del frío y de la lluvia.

¿Por qué son necesarias las cajas de Parkea Bizirik ‘kukulunbera’?, porque la deforestación, las plantaciones de árboles rectos (pinos y eucaliptos) para la obtención de madera y la desaparición de arbolado centenario provocan la falta de oquedades donde estas aves construyen sus nidos. Las cajas ayudan por tanto a las aves a completar sus ciclos biológicos.


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