(EFE). La viuda de Gregorio Ordóñez, Ana Iríbar, ha asegurado que su marido era plenamente consciente de que iba a ser asesinado por ETA y de que sólo una «bala cobarde» conseguiría frenar una «fuerza imparable».
Iríbar ha participado este sábado en San Sebastián en la primera edición de la Escuela Gregorio Ordóñez, organizada por Nuevas Generaciones del País Vasco en memoria del concejal del PP asesinado a tiros por ETA el 23 de enero de 1995.
La viuda de Ordóñez ha mantenido un diálogo con el presidente de NNGG en Euskadi, Pablo Gómez-Guadalupe, en el que ha rememorado la figura del político donostiarra como un «tipo auténtico», un hombre de valores, trabajador infatigable, comprometido con sus ciudadanos, «vehemente» y desbordante también de «un gran sentido del humor».
Ana Iríbar se ha congratulado de que exista un «relevo fantástico» para mantener viva la memoria de Gregorio Ordóñez que, según ha rememorado, se metió en política porque «no podía con el silencio» de una sociedad que callaba ante los crímenes de ETA.
Se prometió «cambiar la actitud de sus conciudadanos» pese a ser plenamente consciente de que iba a ser asesinado por ETA y de que sólo una «bala cobarde» conseguiría frenar una «fuerza imparable», ha subrayado.
Ha recordado que su marido todos los lunes, cuando iba a trabajar al Ayuntamiento de San Sebastián, encontraba una bala en su casillero que, lejos de minar su entusiasmo, «le hacía más fuerte y consolidaba su tarea y misión».
Han pasado 28 años desde que ETA asesinó en un bar de la Parte Vieja a Gregorio Ordóñez, un hombre que, según su viuda, estaba «por encima de las siglas del partido».
Él quería «comunicar sus principios porque «creía que, de verdad, era posible cambiar el País Vasco». «Esa fue su apuesta: cambiar la sociedad, no rendirse y perseverar para que los males no triunfen», ha recordado.
Iríbar ha recordado que Ordóñez, tres días antes de ser asesinado, pronunció un discurso «lleno de entusiasmo» en el que dijo que «no quería ser esclavo» sino «libre e independiente».
Ha desvelado que Ordóñez llegó incluso a registrar ante notario un partido político porque «hubo un momento que sospechaba hasta de su propio partido, aunque «sin embargo se mantuvo leal hasta el último minuto a su partido y a sus compañeros de partido, que fue el Partido Popular», ha concluido.
