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‘Way down’, mejor no analizar si la trama cuadra

El filme de atracos de Jaume Balagueró se ha convertido en uno los más taquilleros del momento

No hay nada más atrayente que un tesoro escondido, que un botín inexpugnable; cuanto más difícil, mejor. Si a eso sumamos un grupo de temerarios sin nada que perder que trabajan en equipo aportando lo mejor de sus respectivos conocimientos o especialidades, un montaje ágil y con gracia, sus buenas dosis de suspense y tensión (¿conseguirán hacerse con el dinero, las joyas o, quizá, con las obras de arte…?), por supuesto, un ligoteo, e incluso un pasado traumático (una antigua venganza, una rivalidad, una amistad truncada, un viejo amor, una gran pérdida…) tenemos una de esas películas que suelen hacer las delicias del público. Da igual que hayamos visto muchas del mismo tipo, que, de alguna manera, algunas rocen lo inverosímil o que incluso un giro final inesperado casi lo cambie todo en el último momento. Da igual porque siempre empatizamos con los ladrones, porque queremos que lo consigan (que la maleta de ‘Atraco perfecto’, de Stanley Kubrick, no se abra y que no salga volando todo el dinero), porque, si hace falta, les echamos una mano. Desde que el cine es cine, las películas de atracos se han posicionado entre las favoritas del público.

Way Down3 - ‘Way down’, mejor no analizar si la trama cuadra

Hace unas semanas se estrenaba en las salas de cine ‘Way down’, una película de Jaume Balagueró (‘Los sin nombre’, ‘REC’, ‘Mientras duermes’), un filme que no se encuentra entre lo mejor de su filmografía (tampoco, es cierto, entre lo peor) y que está disfrutando de un notable éxito de taquilla.  Al calor de la sala, ‘Way down’ es, ante todo, un filme entretenido. Los problemas vienen después, cuando, una vez acabada, se empieza a analizar detenidamente, cuando hay cosas que, aunque parecían lógicas, luego no cuadran… Mejor no hacerlo si se ha salido con una sonrisa en los labios después de concluir los títulos de crédito y levantarse de la butaca. La realidad, en este caso, puede hacer trizas la magia de la ficción.

‘Way down’ sigue la estela de todos esos filmes de grandes atracos o robos en los que el ingenio, la exhaustiva planificación, la pericia e incluso también un poquito de suerte se conjugan al servicio de una empresa desesperada, de un gran reto que consigue concitar las simpatías del público. En este caso, burlar la (supuestamente célebre) inexpugnable seguridad del Banco de España en vísperas de la gran final del Mundial de Sudáfrica que acabó ganando la selección española.

Way Down4 - ‘Way down’, mejor no analizar si la trama cuadra

No serán ladrones, sino expoliadores de pecios marinos con la ayuda de un joven cerebro de la ingeniería, Thom Johnson (Freddie Highmore), los encargados de orquestar el gran ‘golpe’ para desespero del (en permanente estado de cabreo) jefe de seguridad del Banco de España al que da vida José Coronado. El objetivo, en realidad, no es otro que recuperar una pieza expoliada que les lleve hasta auténtico objetivo: el tesoro del (en el filme) muy noble y justo (en esto, la verdad, hay otras opiniones contradictorias que le sitúan como corsario y tratante de esclavos) sir Francis Drake. Y tendrán que hacerlo a la desesperada, claro, como marcan las normas del género. En muy pocos días, sin margen de error y salvando todo tipo de obstáculos al tiempo que, como el personaje de Luis Tosar, se está con parte de la cabeza en el atraco y con la otra… en el partido de la selección.

Lo dicho, mejor no analizar la trama, los detalles ni el argumento, e incluso la dirección de arte.

Ya puestos a cometer un gran robo, que sea con la clase de ‘Viudas’.

Way Down2 - ‘Way down’, mejor no analizar si la trama cuadra

El británico Steve McQueen (‘Shame’, ‘Doce años de esclavitud’) se sumó a la larga lista de directores que se han atrevido a rodar una película de ladrones con ‘Viudas’ (2018), adaptación cinematográfica de una exitosa serie televisiva de la BBC de mediados de los años 80. Como no podía ser de otra manera, el realizador incluyó todas las claves que exige el género: briosa y estilosa dirección, adrenalina bien dosificada, tramas y subtramas que se van engarzando hasta confluir en el ‘climax’ final. Y, tratándose de un cineasta tan brillante como McQueen, añadió capas y capas de significado y mucha desazón, algo que diferencia un blockbuster como ‘Way down’ del cine como arte que no renuncia a la comercialidad. ‘Viudas’ es un filme rabiosamente cargado de denuncia social, racial y de género sobre las desigualdades entre ricos y pobres (memorable el plano secuencia en el que sólo escuchamos la voz en off de Colin Farrell viendo cómo deja atrás con el coche los barrios marginales de Boston en los que trataba de ganar votos y se adentra en su lujosa residencia del barrio más pudiente de la ciudad) y también de la amargura de la pérdida, de lo duro que es empezar de cero cuando uno cree que no merece la pena seguir intentándolo.

Es lo que piensa, en principio, el grupo de mujeres lideradas por Viola Davis (maravillosa como siempre) que no tiene otra alternativa que robar para salvar sus vidas o empezarlas de nuevo tras la muerte de sus maridos, ladrones profesionales. A diferencia de en ‘Way down’, no disponen de grandes equipos técnicos para llevar a cabo la operación, ni siquiera saben cómo materializarla o si serán capaces de ello. Sólo cuentan con su propia necesidad de conseguir el éxito para tener una oportunidad frente a sus propias limitaciones para llevar a cabo la operación. Y lloran, aquí estas ladronas lloran porque dudan, porque sufren y porque la vida, simplemente, no es como merecen.

La diferencia entre ambas películas es que de ‘Viudas’, como de otros filmes tan notables del género de ladrones como ‘Ocean´s eleven’ (2001) de Steven Soderbergh (glamurosa, profunda y tremendamente entretenida) o la refrescante y simpática ‘The italian job’ (2003), dirigida por F. Gary Gray, pasado el tiempo recordamos algunas de sus escenas más emblemáticas. Habrá que esperar para comprobar si pasa lo mismo con ‘Way down’.


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