El domingo se cumple medio siglo de uno de los momentos más trascendentes de la historia de la Real Sociedad. Los Gorriti, Martínez, Boronat y compañía se convirtieron en leyendas en aquella sufrida tarde de Puertollano, cuando el equipo logró un ascenso que le mantendría en la élite durante 40 años. Fueron los primeros kilómetros de una carrera que aún es maravillosa.
En esa mítica instantánea no sólo destacan los jugadores, a los que se sumó Rafael Erentxun, de la Peña Anastasio. Hay tres niños en cuclillas que no han olvidado nunca ese momento: los hermanos Petit Asumendi, que bajaron desde Madrid para animar a la Real hacia las estrellas. Todavía lo recuerdan como si fuera ayer. “Estos colores los llevo dentro desde entonces y me moriré con ellos”, afirma Luis Petit, el mediano. Tenía nueve años en Puertollano.
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