(EFE). Un pastor guipuzcoano, que llevó a su caserío a un perro que había atemorizado a su rebaño de ovejas, ha denunciado que el propietario del can le propinó una paliza cuando fue a recoger al animal y además interpuso una denuncia en su contra acusándolo de haberlo querido atropellar.
El suceso tuvo lugar la pasada semana en una localidad guipuzcoana, ha indicado a EFE el coordinador del sindicato ENBA, Xabier Iraola, que ha indicado que el agredido prefiere mantener el anonimato.
Según ha relatado, el pastor vio que el rebaño estaba «un poco revolucionado» y comprobó que la causa era un perro urbano, por lo que decidió llevárselo a su caserío a la espera de que aparecieran sus dueños.
«En el caso de las vacas estas incursiones de perros no son tan peligrosas, aunque se han dado casos en los que el estrés les ha causado abortos», pero la oveja es un animal «muy miedoso y lo que hace es huir», explica Iraola.
«Si encuentran una pared, se apelotonan todas incluso hasta asfixiarse y en la huida pueden llegar a precipitarse por un barranco», ha añadido.
Poco después de llevar el perro a su caserío una mujer, acompañada de otra mujer y de un hombre se presentaron en un coche en la finca reclamando al animal y el ganadero les dijo que la «próxima vez lo ataran» dado el revuelo que había provocado. «Sin media palabra», el hombre que estaba en el interior del coche empezó a dar golpes a los cristales, «incluso llegó a romper una luna», y tras abrir la puerta del vehículo arremetió contra el baserritarra al que llegó a romper la mandíbula, según la versión relatada por Iraola.
Por el lugar pasó un hombre que practicaba a deporte y trasladó al herido al hospital.
Denuncias cruzadas
El pastor ha puesto la denuncia correspondiente en la Ertzaintza, pero «el agresor también ha interpuesto otra asegurando que les habían intentado atropellar», afirma Iraola.
Ha criticado que «gente que vive en un entorno urbano, cuando va al monte suelta al perro que entra en un vallado donde están los rebaños».
En ocasiones también agreden al ganado, como ocurrió la pasada semana en una finca de Elgoibar que ha contabilizado cuatro ataques .
Cuando esto ocurre muchas veces no se encuentra al propietario del perro y es el seguro del ganadero el que debe hacer frente a las pérdidas de cabezas de ganado, ha indicado Iraola.
El representante de ENBA ha subrayado que la situación se volvió «horrorosa» durante los confinamientos de la pandemia, cuando los paseantes dejaban las puertas de los cercados abiertas y los turismos invadían las cunetas de las vías con lo que impedían el paso de los tractores.
Iraola ha señalado que la agresión ha sido «un caso extremo» y ha pedido «un poco de respeto» al trabajo de los ganaderos.
Diputación pide responsabilidad
La portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza, ha hecho un llamamiento a «la responsabilidad» a los dueños de los perros de las zonas rurales y ha recordado que en el monte estos animales tienen que «ir atados siempre».
Ha señalado que el ente foral ha llevado a cabo campañas de sensibilización al respecto, pero que la Diputación «no puede estar siempre en todos los lugares» y es a los propietarios de los perros a los que corresponde esa responsabilidad.
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