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Tribunales

«Habrá habido de todo en las sesiones de Cabezudo, pero consentido», alega la defensa

El abogado del fotógrafo pide la absolución: "No está acreditado que estas mujeres sean víctimas de Cabezudo. Han sido víctimas de las circunstancias, de internet, de su ligereza"

La defensa de Cabezudo en el juicio. Foto: Santiago Farizano

«Habrá habido de todo en esas sesiones de fotos, pero consentido», ha expresado esta mañana el abogado de Kote Cabezudo, Javier Sánchez, que durante más de dos horas de exposición ha pedido la absolución del dentista y fotógrafo en la última sesión del juicio que comenzó hace ya más de un mes. Kote Cabezudo ha tomado la palabra. El juicio ha quedado visto para sentencia. Él permanecerá por ahora en una prisión provisional que termina el 4 de mayo a la espera de que el tribunal se pronuncie.

El lunes fue el turno del fiscal Jorge Bermúdez, que pide 250 años de cárcel para Cabezudo; ayer hizo públicas sus conclusiones el abogado de la acusación Mario Díez, que reclama 2.627 años. Hoy ha terminado la defensa representada en Javier Sánchez.

«No está acreditado que estas mujeres sean víctimas de Cabezudo. Han sido víctimas de las circunstancias, de internet, de su ligereza», ha expresado el abogado del fotógrafo. «Buscaban reconocimiento y dinero, apostaron fuerte y no les salió bien». 

Sánchez también ha basado sus argumentos en el cambio de la realidad social desde los años 80 hasta hoy en lo que a materia de desnudos se refiere (ha hablado en este punto de la «belleza» de muchas imágenes), y también en que «no se trata de fotos robadas en un cuarto de baño». «Hablamos de un estudio de un fotógrafo con maquillaje, vestidos…»

«Estas señoras se están arrepintiendo de lo que hicieron en su momento y no entiendo por qué», ha resumido el abogado de Kote Cabezudo, poniendo por delante que comprende que «lo están pasando mal»,

«Las fotos están ahí, eso no se pone en duda, pero sí pongo en duda cómo se han hecho», añadió, refiriéndose en todo momento a la «colaboración de las modelos». 

«Más belleza que horror»

Comenzó Sánchez por expresar que no se ha valorado el elemento ‘tiempo’. Y ha recordado que Cabezudo ya trabajaba en los 80 con fotografía analógica y sin internet. Ha incidido en este punto en que las normas deben ser interpretadas de acuerdo con la realidad social del momento. «Ha habido una criminalización de determinadas conductas. Ha habido una transformación social importante y también de la tecnología». 

En defensa del fotógrafo ha asegurado que «hay más de belleza en este procedimiento que horror. Aunque aquí siempre se han mostrado las imágenes más sórdidas». 

Ha señalado que en ocasiones las mujeres incluso venían de fuera de San Sebastián «con el alojamiento pagado, hacían sesiones de mañana y tarde y se les acompañaba al autobús. Y cobraban. Sabían exactamente qué fotos estaban haciendo», ha dicho Sánchez, haciendo alusión a lo esgrimido por algunas testigos que dijeron no haber tenido conciencia de nada irregular. 

También ha incidido en que «ellas mismas buscaban el contacto con Cabezudo» y incluso una le mandó un correo con 14 años  diciendo que quería ser modelo.

«Adolescentes desarrolladas»

«No creo que una mujer tenga que ser tan tutelada, ellas deciden qué enseñar y qué no», ha dicho el abogado de Cabezudo, quien también ha hecho hincapié en que algunas de las mujeres han trabajado con el fotógrafo durante años «y no se entiende». También ha hecho referencia a la relación de Cabezudo con algunas de las familias de las jóvenes. Y a que alguna de las modelos llevó a su prima o a su hermana menor a las sesiones. 

Javier Sánchez ha reconocido que entre las denunciantes han salido a relucir problemas de anorexia y otro tipo de secuelas psicológicas «no achacables» al fotógrafo en su opinión. 

Y ha puesto muy en duda lo referido a la «pornografía infantil» de la que se ha hablado durante el proceso. «Eran adolescentes desarrolladas. No era la feria de los horrores». 

«Eran modelos que iban voluntariamente, firmaban contratos, conocían el material que hacía Cabezudo, participaban en fiestas…», ha incidido Sánchez, negando además que el fotógrafo se enriqueciera con el material o sintiera indiferencia hacia la dispersión del mismo por la red. 

«Siguió subiéndose material a la red cuando Cabezudo ya estaba en la cárcel (ingresó en mayo de 2018 en prisión provisional). No quiero pensar mal pero se dijo que cualquier abonado podía subirlo», ha manifestado también. 

 


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