Kutxa Fundazioa está de celebración. Dos de sus salas de referencia, Kubo y Artegunea, cumplen aniversarios redondos que subrayan la importancia del arte en la vida cultural de Donostia y Gipuzkoa. La primera alcanza los 25 años desde que abrió sus puertas en el Kursaal en el año 2000, mientras que la segunda celebra su décimo aniversario coincidiendo con el mismo cumpleaños de Tabakalera.
Desde su inauguración, Kubo ha recibido a más de 2,3 millones de visitantes y ha acogido más de 85 exposiciones que recorren el arte desde principios del siglo XX hasta hoy. Por sus paredes han pasado nombres fundamentales como Oteiza, Chillida, Gargallo o Miró, junto a figuras que han aportado nuevas sensibilidades como Gonzalo Chillida, Soledad Sevilla, Goenaga o Sistiaga. La sala también ha reivindicado trayectorias de mujeres artistas a menudo invisibilizadas, como Marta Cárdenas, María Paz Jiménez o Paloma Navares, y ha dado espacio a voces contemporáneas como Isabel Herguera, Amondarain, Marina Núñez o Eva Lootz.
“Kubo es algo más que una sala: es un lugar donde el arte provoca, inspira y nos ayuda a comprendernos mejor como sociedad”, subraya Ander Aizpurua, director de Kutxa Fundazioa.
En apenas una década, Artegunea se ha consolidado como un espacio de referencia para la fotografía. Con más de 624.000 visitantes, ha mostrado el trabajo de grandes nombres internacionales como Vivian Maier, Berenice Abbott, Joan Fontcuberta o Tina Barney, junto a autores vascos como Isabel Azkarate, Bego Antón, Jon Cazenave o Alberto Schommer. Además de su intensa programación expositiva, ha impulsado la mediación cultural y talleres que acercan la fotografía a la ciudadanía.
“Una década y miles de clicks que nos invitan a cambiar la mirada, a descubrir lo cotidiano y lo universal a través de la fotografía. Artegunea abre la mirada y promueve el pensamiento crítico”, destaca Ane Abalde, responsable de Iniciativas y Contenidos de Kutxa Fundazioa.
Ambos espacios forman parte de Artebidea, un programa integrado en el Plan Estratégico de Kutxa Fundazioa que busca prestigiar la labor de artistas y creadoras como generadores de conocimiento y motores de progreso social, defendiendo la cultura como herramienta de cohesión y pensamiento crítico.
Con más de tres millones de visitantes acumulados entre ambas salas y una trayectoria que combina referentes internacionales, artistas vascos y jóvenes creadores, Kubo y Artegunea no solo celebran sus aniversarios: reafirman a Donostia como una ciudad que vive y comparte el arte como patrimonio colectivo.
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